Enrique Ochoa Antich, Secretario Ejecutivo Nacional de UNT,en carta al Fiscal General Militar
LAS FUERZAS ARMADAS DEBEN OBEDIENCIA
A LA CONSTITUCIÓNY NO A UN TIRANO
La OIT condenó a Venezuela por obligar a los militares a pronunciar la consigna“Patria, Socialismo o Muerte”Solicitamos a la Fiscalía General Militar se sirva adelantar todas la diligencias judiciales tendentes a suspender esta absurda orden (Extractos de la carta dirigida al General de Brigada Ernesto Cedeño,Fiscal General Militar) Los sectores democráticos venezolanos le hacen llegar a todos los integrantes de las Fuerzas Armadas un respetuoso saludo este 5 de Julio. Creemos firmemente, como lo establece el artículo 328 de la Constitución de la República, que “la Fuerza Armada constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la Nación... En el cumplimiento de sus funciones, está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna”. Así que el teniente-coronel en situación de retiro Chávez Frías violenta flagrantemente el texto constitucional cuando utiliza a las Fuerzas Armadas como un instrumento político y cuando ordena a los integrantes de las Fuerzas Armadas a manifestar públicamente, a través de un saludo claramente proselitista, simpatía por una ideología política, la del socialismo comunista o del social-fascismo que profesa. Esto fue condenado en el informe de la Comisión de Expertos de la OIT, que coloca a Venezuela entre los países con faltas laborales graves, presentado en la 98ª Conferencia de esta instancia internacional, que tuvo lugar el 19 de junio próximo pasado en Ginebra. Además de los ataques a sindicalistas, el Gobierno fue condenado por aplicar la discriminación política cuando obliga a los integrantes de las Fuerzas Armadas a pronunciar la consigna “Patria, Socialismo o Muerte”. El informe presentado a la Comisión de Aplicación de Normas- indica: "La Comisión (de expertos) recuerda que según el párrafo 47 de su Estudio Especial sobre el Convenio 111, de 1996, se considerará discriminatoria una obligación de conformarse a una ideología establecida o de firmar un juramento de fidelidad política". Es por esta razón que solicitamos de usted se sirva adelantar todas la diligencias judiciales tendentes a suspender esta absurda orden y a proteger los derechos que todo militar tiene de desobedecerla. Convencidos como estamos del patriotismo de la mayoría de los profesionales militares que conforman nuestras Fuerzas Armadas y de su acendrado espíritu democrático, los invitamos a reflexionar sobre la obligación que tienen, como garantes de las armas de la República, de respetar y hacer respetar la Constitución y por tanto el derecho que tienen de desobedecer a un Comandante en Jefe que mancilla su uniforme de oficial en situación de retiro y el de todos los militares de la república al violentar el texto constitucional. Es a esta Constitución a la que deben obediencia. No a las veleidades de un tiranillo enfermo de poder. No es fácil de explicar el lamentable estado del apresto operacional en que se encuentran nuestras principales unidades, sus grandes deficiencias logísticas, su limitado entrenamiento y su casi inexistente sistema de mando y control. La mejor demostración de esta dolorosa situación son los constantes accidentes, la falta de capacidad operativa para enfrentar las amenazas a nuestra soberanía que han venido surgiendo en todas nuestras fronteras y la lamentable actuación que han tenido varias de nuestras unidades, al tener que movilizarse. Otro aspecto que debemos resaltar es el permanente incumplimiento de las normas de ascenso, trayendo por consecuencia un permanente irrespeto a los méritos militares sustituyéndolos por el aprecio de los niveles de genuflexión al tiranillo y a su revolución de fariseos. No es posible dejar de señalar la difícil situación socioeconómica que viven los profesionales militares y sus familiares: sueldos insuficientes para enfrentar el alto costo de la vida, imposibilidad para adquirir vivienda propia e ineficientes servicios sociales, mientras una camarilla militar llena sus bolsillos con los dineros de la nueva corrupción de cuello rojo. Esta trágica situación se ve agravada por una irresponsable conducción de nuestra política exterior. Sólo con recordar la entrega de la zona en reclamación con Guyana y la equivocada orientación en la negociación para delimitar con Colombia las áreas marinas y submarinas en el Golfo de Venezuela, son suficientes ejemplos de una política que, en lugar de estar al servicio de la Nación, se encuentra orientada por el interés de expandir un proyecto ideológico a los demás países de la América Latina. De igual forma, tenemos que señalar con angustia la inaceptable entrega a la República de Cuba de aspectos fundamentales de nuestra soberanía. Todo lo cual puede ser caracterizado como traición a la patria.
Carta completa
Caracas, 5 de julio de 2009
General de Brigada Ernesto Cedeño
Fiscal General Militar
Su despacho
Los sectores democráticos venezolanos le hacen llegar a todos los integrantes de las Fuerzas Armadas un respetuoso y solidario saludo este 5 de Julio. Creemos firmemente, como lo establece el artículo 328 de la Constitución de la República, que “la Fuerza Armada constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la Nación... En el cumplimiento de sus funciones, está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna”. Así que el teniente-coronel en situación de retiro Chávez Frías violenta flagrantemente el texto constitucional cuando utiliza a las Fuerzas Armadas como instrumento político y cuando ordena a los integrantes de las Fuerzas Armadas a manifestar públicamente, a través de un saludo claramente proselitista, simpatía por una ideología política, la del socialismo comunista o del social-fascismo que profesa. Esto fue condenado en el informe de la Comisión de Expertos de la OIT, que coloca a Venezuela entre los países con faltas laborales graves, presentado en la 98ª Conferencia de esta instancia internacional, que tuvo lugar el 19 de junio próximo pasado en Ginebra. Además de los ataques a sindicalistas, el Gobierno fue condenado por aplicar la discriminación política cuando obliga a los integrantes de las Fuerzas Armadas a pronunciar la consigna “Patria, Socialismo o Muerte”.
El informe presentado a la Comisión de Aplicación de Normas- indica:
"La Comisión (de expertos) recuerda que según el párrafo 47 de su Estudio Especial sobre el Convenio 111, de 1996, se considerará discriminatoria una obligación de conformarse a una ideología establecida o de firmar un juramento de fidelidad política".
Es por esta razón que solicitamos de usted se sirva adelantar todas la diligencias judiciales tendentes a suspender esta absurda orden y a proteger los derechos que todo militar tiene de desobedecerla.
Convencidos como estamos del patriotismo de la mayoría de los profesionales militares que conforman nuestras Fuerzas Armadas y de su acendrado espíritu democrático, los invitamos a reflexionar sobre la obligación que tienen, como garantes de las armas de la República, de respetar y hacer respetar la Constitución y por tanto el derecho que tienen de desobedecer a un Comandante en Jefe que mancilla su uniforme de oficial en situación de retiro y el de todos los militares de la república al violentar el texto constitucional. Es a esta Constitución a la que deben obediencia. No a las veleidades de un tiranillo enfermo de poder. No es posible aceptar que se vulnere el profesionalismo militar mediante la aprobación por la Asamblea Nacional de una reforma de la Ley Orgánica de la Fuerza Armada que irrespeta los valores y principios militares en que se sustenta la cohesión interna de la Institución Armada. La creación inconstitucional de la llamada Milicia Bolivariana compromete el funcionamiento de la organización militar, restándole eficiencia y capacidad para enfrentar cualquier amenaza a nuestra soberanía. La doctrina planteada por el teniente-coronel en situación de retiro Chávez Frías de una posible guerra asimétrica es un delirio si no una mentira dicha a conciencia que no resiste el menor análisis. En todo caso, conducir a Venezuela a una crisis internacional de esa magnitud sería una irresponsabilidad que sólo puede tipificarse como traición a la Patria.
Las Fuerzas Armadas presentan un conjunto de problemas que exige de un trascendente debate nacional para encontrarle solución. No es fácil de explicar el lamentable estado del apresto operacional en que se encuentran nuestras principales unidades, sus grandes deficiencias logísticas, su limitado entrenamiento y su casi inexistente sistema de mando y control. La mejor demostración de esta dolorosa situación son los constantes accidentes, la falta de capacidad operativa para enfrentar las amenazas a nuestra soberanía que han venido surgiendo en todas nuestras fronteras y la lamentable actuación que han tenido varias de nuestras unidades, al tener que movilizarse por alguna amenaza a nuestra soberanía. También debemos señalar la ruptura de los valores fundamentales en que se sustenta la moral y la disciplina de las Fuerzas Armadas, ante la prédica disolvente de un teniente-coronel en situación de retiro que, como es el caso de Chávez Frías, parece vengar en ella el estruendoso fracaso de su carrera militar incluso en su desempeño como golpista el 4 de Febrero de 1992. Otro aspecto que debemos resaltar es el permanente incumplimiento, durante estos diez años de gobierno, de las normas de ascenso, trayendo por consecuencia un permanente irrespeto a los méritos militares sustituyéndolos por el aprecio de los niveles de genuflexión al tiranillo y a su revolución de fariseos. No es posible dejar de señalar la difícil situación socioeconómica que viven los profesionales militares y sus familiares al interior de un régimen definido como militarista: sueldos insuficientes para enfrentar el alto costo de la vida, imposibilidad para adquirir vivienda propia e ineficientes servicios sociales, mientras una camarilla militar llena sus bolsillos con los dineros de la nueva corrupción de cuello rojo.
Es nuestra obligación con Venezuela pedirles que reflexionen sobre la grave crisis política, económica y social que vive nuestra Patria. Se han despilfarrado más de 800.000 millones de dólares durante el gobierno de Chávez Frías; la deuda pública aumenta de una manera exorbitante, alcanzando cerca de setenta mil millones de dólares; Petróleos de Venezuela presenta un delicado estado financiero, que puede con facilidad conducirla a la quiebra; la venta de petróleo por debajo de lo establecido en el mercado internacional es escandalosa; la desenfrenada corrupción de la camarilla civil y militar que nos desgobierna compromete la moral pública; la inseguridad tiene aterrorizado a nuestro pueblo, los asesinatos se multiplican de una manera sorprendente, teniendo su origen, sin lugar a dudas, en la pobreza que se incrementa día a día y en la siembra permanente de odio social y racial y violencia que hacen altos funcionarios públicos y representantes del partido de gobierno; el colapso injustificado de los servicios populares de salud somete a nuestro pueblo a un permanente desamparo; una injustificada reforma educativa busca destruir nuestros valores nacionales para sembrar ideologías extrañas a nuestra idiosincrasia; una permanente persecución a los líderes de la oposición busca criminalizar sus actuaciones; y la amenaza constante en contra de la libertad de opinión son muestras de la grave crisis nacional.
Esta trágica situación se ve agravada por una irresponsable conducción de nuestra política exterior que compromete intereses vitales de la República. Sólo con recordar la entrega de la zona en reclamación con Guyana y la equivocada orientación en la negociación para delimitar con Colombia las áreas marinas y submarinas en el Golfo de Venezuela, demostrada con la publicación del memorando del doctor Francisco Nieves Croes, miembro de la Comisión Negociadora, son suficientes ejemplos de una política que, en lugar de estar al servicio de la Nación, se encuentra orientada por el interés de expandir un proyecto ideológico a los demás países de la América Latina. De igual forma, tenemos que señalar con angustia la inaceptable entrega a la República de Cuba de aspectos fundamentales de nuestra soberanía. No tiene explicación la presencia masiva de cubanos en nuestra Patria y su empleo en funciones de alta responsabilidad pública, que sólo deberían ser ejercidas por venezolanos. También creemos, que es sumamente peligrosa para el destino de Venezuela, la política de alianzas con países que mantienen posiciones agresivas y violentas en el contexto internacional.
Creemos que las Fuerzas Armadas serán factor fundamental en la búsqueda de un camino que garantice una solución democrática a la actual crisis nacional.
Enrique Ochoa Antich
General de Brigada Ernesto Cedeño
Fiscal General Militar
Su despacho
Los sectores democráticos venezolanos le hacen llegar a todos los integrantes de las Fuerzas Armadas un respetuoso y solidario saludo este 5 de Julio. Creemos firmemente, como lo establece el artículo 328 de la Constitución de la República, que “la Fuerza Armada constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la Nación... En el cumplimiento de sus funciones, está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna”. Así que el teniente-coronel en situación de retiro Chávez Frías violenta flagrantemente el texto constitucional cuando utiliza a las Fuerzas Armadas como instrumento político y cuando ordena a los integrantes de las Fuerzas Armadas a manifestar públicamente, a través de un saludo claramente proselitista, simpatía por una ideología política, la del socialismo comunista o del social-fascismo que profesa. Esto fue condenado en el informe de la Comisión de Expertos de la OIT, que coloca a Venezuela entre los países con faltas laborales graves, presentado en la 98ª Conferencia de esta instancia internacional, que tuvo lugar el 19 de junio próximo pasado en Ginebra. Además de los ataques a sindicalistas, el Gobierno fue condenado por aplicar la discriminación política cuando obliga a los integrantes de las Fuerzas Armadas a pronunciar la consigna “Patria, Socialismo o Muerte”.
El informe presentado a la Comisión de Aplicación de Normas- indica:
"La Comisión (de expertos) recuerda que según el párrafo 47 de su Estudio Especial sobre el Convenio 111, de 1996, se considerará discriminatoria una obligación de conformarse a una ideología establecida o de firmar un juramento de fidelidad política".
Es por esta razón que solicitamos de usted se sirva adelantar todas la diligencias judiciales tendentes a suspender esta absurda orden y a proteger los derechos que todo militar tiene de desobedecerla.
Convencidos como estamos del patriotismo de la mayoría de los profesionales militares que conforman nuestras Fuerzas Armadas y de su acendrado espíritu democrático, los invitamos a reflexionar sobre la obligación que tienen, como garantes de las armas de la República, de respetar y hacer respetar la Constitución y por tanto el derecho que tienen de desobedecer a un Comandante en Jefe que mancilla su uniforme de oficial en situación de retiro y el de todos los militares de la república al violentar el texto constitucional. Es a esta Constitución a la que deben obediencia. No a las veleidades de un tiranillo enfermo de poder. No es posible aceptar que se vulnere el profesionalismo militar mediante la aprobación por la Asamblea Nacional de una reforma de la Ley Orgánica de la Fuerza Armada que irrespeta los valores y principios militares en que se sustenta la cohesión interna de la Institución Armada. La creación inconstitucional de la llamada Milicia Bolivariana compromete el funcionamiento de la organización militar, restándole eficiencia y capacidad para enfrentar cualquier amenaza a nuestra soberanía. La doctrina planteada por el teniente-coronel en situación de retiro Chávez Frías de una posible guerra asimétrica es un delirio si no una mentira dicha a conciencia que no resiste el menor análisis. En todo caso, conducir a Venezuela a una crisis internacional de esa magnitud sería una irresponsabilidad que sólo puede tipificarse como traición a la Patria.
Las Fuerzas Armadas presentan un conjunto de problemas que exige de un trascendente debate nacional para encontrarle solución. No es fácil de explicar el lamentable estado del apresto operacional en que se encuentran nuestras principales unidades, sus grandes deficiencias logísticas, su limitado entrenamiento y su casi inexistente sistema de mando y control. La mejor demostración de esta dolorosa situación son los constantes accidentes, la falta de capacidad operativa para enfrentar las amenazas a nuestra soberanía que han venido surgiendo en todas nuestras fronteras y la lamentable actuación que han tenido varias de nuestras unidades, al tener que movilizarse por alguna amenaza a nuestra soberanía. También debemos señalar la ruptura de los valores fundamentales en que se sustenta la moral y la disciplina de las Fuerzas Armadas, ante la prédica disolvente de un teniente-coronel en situación de retiro que, como es el caso de Chávez Frías, parece vengar en ella el estruendoso fracaso de su carrera militar incluso en su desempeño como golpista el 4 de Febrero de 1992. Otro aspecto que debemos resaltar es el permanente incumplimiento, durante estos diez años de gobierno, de las normas de ascenso, trayendo por consecuencia un permanente irrespeto a los méritos militares sustituyéndolos por el aprecio de los niveles de genuflexión al tiranillo y a su revolución de fariseos. No es posible dejar de señalar la difícil situación socioeconómica que viven los profesionales militares y sus familiares al interior de un régimen definido como militarista: sueldos insuficientes para enfrentar el alto costo de la vida, imposibilidad para adquirir vivienda propia e ineficientes servicios sociales, mientras una camarilla militar llena sus bolsillos con los dineros de la nueva corrupción de cuello rojo.
Es nuestra obligación con Venezuela pedirles que reflexionen sobre la grave crisis política, económica y social que vive nuestra Patria. Se han despilfarrado más de 800.000 millones de dólares durante el gobierno de Chávez Frías; la deuda pública aumenta de una manera exorbitante, alcanzando cerca de setenta mil millones de dólares; Petróleos de Venezuela presenta un delicado estado financiero, que puede con facilidad conducirla a la quiebra; la venta de petróleo por debajo de lo establecido en el mercado internacional es escandalosa; la desenfrenada corrupción de la camarilla civil y militar que nos desgobierna compromete la moral pública; la inseguridad tiene aterrorizado a nuestro pueblo, los asesinatos se multiplican de una manera sorprendente, teniendo su origen, sin lugar a dudas, en la pobreza que se incrementa día a día y en la siembra permanente de odio social y racial y violencia que hacen altos funcionarios públicos y representantes del partido de gobierno; el colapso injustificado de los servicios populares de salud somete a nuestro pueblo a un permanente desamparo; una injustificada reforma educativa busca destruir nuestros valores nacionales para sembrar ideologías extrañas a nuestra idiosincrasia; una permanente persecución a los líderes de la oposición busca criminalizar sus actuaciones; y la amenaza constante en contra de la libertad de opinión son muestras de la grave crisis nacional.
Esta trágica situación se ve agravada por una irresponsable conducción de nuestra política exterior que compromete intereses vitales de la República. Sólo con recordar la entrega de la zona en reclamación con Guyana y la equivocada orientación en la negociación para delimitar con Colombia las áreas marinas y submarinas en el Golfo de Venezuela, demostrada con la publicación del memorando del doctor Francisco Nieves Croes, miembro de la Comisión Negociadora, son suficientes ejemplos de una política que, en lugar de estar al servicio de la Nación, se encuentra orientada por el interés de expandir un proyecto ideológico a los demás países de la América Latina. De igual forma, tenemos que señalar con angustia la inaceptable entrega a la República de Cuba de aspectos fundamentales de nuestra soberanía. No tiene explicación la presencia masiva de cubanos en nuestra Patria y su empleo en funciones de alta responsabilidad pública, que sólo deberían ser ejercidas por venezolanos. También creemos, que es sumamente peligrosa para el destino de Venezuela, la política de alianzas con países que mantienen posiciones agresivas y violentas en el contexto internacional.
Creemos que las Fuerzas Armadas serán factor fundamental en la búsqueda de un camino que garantice una solución democrática a la actual crisis nacional.
Enrique Ochoa Antich